miércoles, junio 28, 2006


El libro de las ilusiones

Un profesor de literatura, David Zimmer, que navega al garete después de un fatal accidente aéreo terminara con la vida de sus seres queridos y con todas sus ambiciones de vivir, encontrará nuevamente interés por la vida al presenciar una antigua y olvidada película muda. Más que la película es la gracia de su protagonista, el comediante argentino, Héctor Mann, la que despertará nuevamente interés alguno en la desangelada vida de Zimmer.
El carisma y la seducción de Mann conseguirán hacer reír por primera vez a Zimmer desde que su esposa e hijos fallecieron. El sentir nuevamente esa sensación de sonreír, de reaccionar ante cierto estímulo, provocarán en el protagonista nuevamente un interés por hacer algo en la vida.
Pronto, el interés por conocer la obra cinematográfica de Mann crecerá en Zimmer y esta curiosidad se incrementará al descubrir el enigmático fin que acompañó al actor sudamericano: un día desapareció y en más de sesenta años no se ha vuelto a saber nada de él.
Este interés por la obra de Mann llevará a Zimmer a escribir un libro sobre la obra de éste: “El extraño mundo de Héctor Mann”. Una vez que el libro sale a la luz, Zimmer comienza a experimentar extraños vuelcos en su vida, especialmente cuando recibe una carta en la que lo invitan a conocer personalmente al extraño Héctor Mann.
En esta alucinante novela, Paul Auster consigue hechizarnos con las diversas historias que confluyen en el libro, especialmente la azarosa vida del comediante sudamericano quien por una innombrable razón decidió un día desaparecer y pasar el resto de su vida de incógnito. Son dos las vidas narradas que aunque transcurridas con sesenta años de diferencia un día tendrán que convergir. Con El libro de las ilusiones, Auster confirma ser una de las más importantes plumas de la literatura mundial. Recientemente ha sido galardonado con el prestigioso premio Príncipe de Asturias en reconocimiento por la calidad de su obra literaria en la que la ficción, la realidad, el azar, la soledad y la búsqueda de la identidad se entremezclan para crear un universo propio. Esta novela es una gran oportunidad para adentrarnos en ese universo literario magistralmente creado por Paul Auster.


Ficha bibliográfica: Paul Auster, El libro de las ilusiones, Barcelona: Anagrama, 2004

Ficha biográfica: Paul Auster (Newark, 1947) Novelista y poeta estadounidense. Auster nació en Newark, Nueva Jersey. Estudió en la Universidad de Columbia y después de trabajar en un petrolero durante un año se fue a vivir a Francia cuatro años. Volvió a Nueva York en 1974. Auster empezó su carrera escribiendo poesía y ensayos en las revistas New York Review of Books y Harper's Saturday Review. En 1987 se ganó los elogios de la crítica por su libro de cuentos La trilogía de Nueva York. Después se pasó a la novela: El país de las últimas cosas se publicó en 1988, El palacio de la luna en 1989 y La música del azar en 1991, esta última llevada al cine en 1993 por el director Philip Haas. Sus novelas más recientes son Leviatán (1992) y Vértigo (1994). Su ficción se caracteriza por una desconcertante mezcla de realismo y fantasía, de lo normal y lo increíble, que sorprende al lector y confunde sus expectativas. También ha escrito una obra autobiográfica, La invención de la soledad, y un libro de poemas y ensayos, Cimientos (1990). En 1993 publicó El cuaderno rojo, y en 1994 colaboró en el guión de las películas Smoke y su continuación Blue in the face basadas en relatos suyos, con el director Wayne Wang

lunes, junio 19, 2006


Francisco J. Lombardi
(Tacna, Perú, 1947)

Director de cine peruano natural de Tacna, que alcanzó el reconocimiento internacional por las películas Caídos del cielo (1990), una descarnada trilogía sobre la crueldad del destino y las miserias humanas, premio Goya a la mejor película de habla hispana; y Bajo la piel (1996), indagación en formato policiaco sobre las conexiones entre el horror y la belleza, Concha de Plata en el Festival de San Sebastián. Narrador clásico, formado en la Universidad de Lima y en la escuela documentalista de Santa Fe, Argentina, de Fernando Birri, debutó en 1977 con el largometraje Muerte al amanecer, en coproducción con Venezuela. Otras películas de su filmografía son: La boca del lobo (1988), Sin compasión (1994), No se lo digas a nadie (1998), Pantaleón y las visitadoras (1999) y Tinta roja (2000).

Filmografía:

1977 MUERTE AL AMANECER
1980 MUERTE DE UN MAGNATE
1983 MARUJA EN EL INFIERNO
1985 LA CIUDAD Y LOS PERROS
1988 LA BOCA DEL LOBO
1990 CAIDOS DEL CIELO
1994 SIN COMPASIÓN
1996 BAJO LA PIEL
1998 NO SE LO DIGAS A NADIE
1999 PANTALEÓN Y LAS VISITADORAS

2000 TINTA ROJA
2003 OJOS QUE NO VEN

Pantaleón y las visitadoras

Producción : América Producciones, Producciones Inca Films, Tornasol Films, Jorge Enrique Crousillat, Gerardo Herrero
Dirección : Francisco J. Lombardi
Guión : Giovanna Pollarolo y Enrique Monclova, basado en la novela homónima de Mario Vargas Llosa
Países : Perú-España
Año : 1999
Director de Fotografía : Teodoro Delgado
Fotografía : Color
Música : Bingen Mendizábal
Edición : Daniel Fillios
Actores : Salvador Solar (Pantaleón Pantoja), Pilar Bardem (Chuchupe), Angie Cepeda (La Colombiana), Mónica Sánchez (Pochita), Tatiana Astengo (Pechuba), Norka Ramírez (Vanesa), Patty Cabrera (Lalita), Maricelo Effio (Salomé), Gianfranco Brero (general Collazos)
Duración : 137 minutos
Distribución : Gussi-Artecinema
Sinopsis :
Durante los años cincuenta del siglo XX, gran parte de los efectivos del ejército peruano fueron destinados a resguardar la frontera amazónica, en medio de un clima de agobiante humedad y altas temperaturas durante largos meses lejos de centros urbanos de importancia. Esta situación ocasionó un ambiente tenso y abrumador entre los soldados y acarreó terribles problemas para la población de las diferentes rancherías; el mayor escándalo fueron los abusos sexuales en contra de las mujeres, ya que, en su desesperación, los soldados terminaron por no hacer distinción alguna de edad, color o rango social, e incluso se dieron casos de ultrajes dentro de las iglesias, o en contra de familiares de funcionarios importantes. Cada día la situación se tornaba más crítica, por lo que se requería de una rápida solución. Las altas esferas militares fraguaron un plan inusual, una delicada estrategia: administrar en secreto al más inverosímil equipo de colaboradoras.

domingo, junio 18, 2006


PREGÚNTALE AL POLVO

Obra perdida por mucho tiempo, rescatada e impulsada por Charles Bukowski, Pregúntale al polvo de John Fante es una obra maestra de la literatura maldita norteamericana. Escrita en los años treinta, la novela narra los inicios como escritor de Arturo Bandini (álter ego de John Fante), quien malviviendo en sórdidos cuartuchos de Los Ángeles se da tiempo para llevar adelante su proceso creativo mientras mantiene un frustrado romance y una extraña relación de odio y amor con Camila, una joven mexicana que trabaja de mesera en un restaurante cercano a la casa de Bandini.
La obra narra los avatares diarios no sólo de un aprendiz de escritor que busca a toda costa abrirse camino en los cerrados círculos literarios sino también de una cultura afectada por la recesión y la crisis económica de 1929 y la vida de los inmigrantes que día a día llegan a Los Ángeles y cuyo origen bien puede ser México o Italia, como el caso de Fante.
Con un lenguaje ácido pero fluido, con ironía pero también con dolor, Fante describe a la perfección Los Ángeles de los años treinta desnudando la otra cara del sueño americano y presentándonos la vida de aquellos que han crecido al margen de la bonanza y el triunfalismo norteamericano. Qué mejor recomendación de esta obra que la que hizo Charles Bukowski en el prólogo de la edición en castellano publicada por Anagrama: “Un día cogí un libro, lo abrí... Cada renglón poseía vida propia. He ahí, por fin, un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el dolor se entremezclaban con soberbia sencillez. Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto. Se titulaba Pregúntale al polvo. Tendría una influencia en mis propios libros durante toda mi vida”.

Nota biográfica:

John Fante (1909-1983), hijo de emigrantes italianos de procedencia muy humilde, trabajó como guionista de Hollywood y dedicó su vida a la literatura, aunque sólo alcanzó el pleno reconocimiento de crítica y público después de su muerte. De su producción literaria destaca la tetralogía protagonizada por su álter ego Arturo Bandini, compuesta por las novelas Espera a la primavera, Bandini; Pregúntale al polvo; Camino de Los Ángeles y Sueños de Bunker Hill publicadas por Anagrama, al igual que La hermandad de la uva.

Ficha bibliográfica:

John Fante, Pregúntale al polvo, Barcelona: Anagrama, 2004.
Título original y primera edición: Ask the Dust, New York: Stackpole, 1939

lunes, junio 12, 2006


La vendedora de rosas

Producción: Producciones Filmamento, Erwin Goggel, Silvia Vargas, Pierre Cottrell, Sergio Navarro;
Dirección: Víctor Gaviria
Guión: Carlos Eduardo Henao, Diana Ospina, Víctor Gaviria, basado en La vendedora de cerillas de Han Christian Andersen

País: Colombia
Año: 1998
Fotografía en color: Rodrigo Lalinde
Música: Luis Fernando Franco
Edición: Agustín Pinto
Duración: 120 minutos
Distribución: Latina
Intérpretes: Leidy Tabares (Mónica), Marta Correa (Judy), Mileider Gil (Andrea), Diana Murillo ("Cachetona"), Liliana Giraldo (Claudia), Alex Bedoya (Milton), Yuli García, Elkin Vargas, John Fredy Ríos, Robinson García
Sinopsis: A los trece años, Mónica se ha rebelado contra todo lo que la rodea. Habitante de Medellín, Colombia, ha creado su propio mundo en la calle; ahí lucha para defender lo poco que tiene: sus amigas de la misma edad, su novio vendedor de droga, y su dignidad que no hace concesiones. En la noche de Navidad, como todas las noches, Mónica vende rosas para ganarse la vida y comprarse el sueño de una fiesta, de estrenar ropa y de salir con su novio. Pero la vida le depara una nueva cita con la soledad, la miseria, la droga y la muerte. Mónica es la otra cara de una ciudad intensa y cruel como Medellín, como la de cualquier ciudad en donde los niños de la calle queno tienen lugar en este mundo viven el tiempo inútil de su existencia.

Víctor Gaviria
(Medellín, Colombia, 1955)
Poeta y cineasta, ha centrado sus trabajos sobre todo en las crudas realidades de su ciudad natal, sus habitantes, la violencia cotidiana y la supervivencia, así como la extracción de valores humanos en medio de tal panorama apocalíptico. Autor de varios libros de poesía y relatos, ha dirigido numerosos cortometrajes y documentales, así como los largometrajes Rodrigo D. No futuro (1994) y La vendedora de rosas (1997). Ambas películas participaron en la sección oficial del Festival de Cannes y en otros múltiples festivales internacionales, y cosecharon numerosos premios.
Filmografía :
1979 BUSCANDO TRÉBOLES (cortometraje documental)
1983 LOS HABITANTES DE LA NOCHE (cortometraje)
1985 LA VIEJA GUARDIA (cortometraje)
1985 QUE PASE EL ASERRADOR (cortometraje)
1985/1986 LOS MÚSICOS (cortometraje)
1986 LOS CUENTOS DE CAMPOS VALDÉS (cortometraje)
1987 LOS POETAS DE MEDELLÍN (cortometraje)
1991 LOS POLIZONES DE NUEVA COLONIA (documental)
1991 YO TE TUMBO-TÚ ME TUMBAS
1992 LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS (documental)
1990 RODRIGO D. NO FUTURO
1993/2 SIMÓN EL MAGO (cortometraje)
1992 DOÑA ISA
1998 LA VENDEDORA DE ROSAS
2004 SUMAS Y RESTAS


La vida en las calles latinoamericanas
La vendedora de rosas es una película extremadamente dura y con vocación de retrato social. Se trata de cine comprometido con la propia comunidad. A través de ella nos acercamos a una serie de personajes, niños y niñas de la calle, totalmente vulnerables, sometidos a unas condiciones que les rebasan totalmente. Ante la situación de empobrecimiento y falta de oportunidades estos niños y niñas han acabado en una espiral de violencia, drogadicción, delincuencia, abuso y degradación. Sus mismos actores y protagonistas prácticamente se interpretan a sí mismos o a muchos otros como ellos: son también niños y niñas de la calle.
La historia real de la actriz protagonista de la película, Leidy Tabares, que interpreta el personaje de Mónica, es especialmente reveladora de la vida y destino de muchos de estos niños y niñas de la calle que habitan en las grandes ciudades de los países del sur. Leidy Tabares es hija de una madre alcohólica que tuvo siete hijos de siete padres distintos. A los cinco años Leidy huyó de su casa, donde sufría maltrato, para empezar a vivir en las calles de Medellín. No asistió a la escuela y sobrevivió vendiendo rosas en las calles y bares. Hasta los 13 años, que fue cuando hizo la película, ésta había sido la historia de su vida. Pero el film, que fue un éxito en Colombia y en el mundo entero, permitió que Leidy empezara a cambiar su suerte y tuviera otras apariciones en televisión. Famosa y popular, trató de poner en marcha una Fundación para ayudar a los niños de la calles, pero la iniciativa no fructificó. El éxito fue pasajero: Leidy volvió a las calles de Medellín, donde continuó su vida. Allí presenció el asesinato de su compañero sentimental y padre de su primer hijo. Pero la tragedia no acabó ahí: arrestada en el año 2002, desde entonces ha estado en prisión, acusada de participar en el asesinato de un taxista. Pero la suya no es una historia singular, buena parte de los actores que aparecen en la película a los pocos años estaban muertos. Triste destino el de estos niños y niñas de la calle.
La historia de estos niños y niñas tiene su origen en los procesos de empobrecimiento a las que se han visto sometidos la gran mayoría de países del sur. Las políticas de ajuste estructural, la liberalización a ultranza, la reducción del Estado y abandono de las políticas sociales que se ha llevado a cabo bajo los dictados del credo neoliberal han generado pobreza extrema. Y entre los sectores más vulnerables siempre acabamos encontrando a los más débiles, niños y niñas que ven cómo sus derechos fundamentales son violados. Uno de los signos más evidentes de esta situación es la misma violación del derecho a tener una infancia y a desarrollarse hacia una vida adulta según los procesos de desarrollo que una determinada sociedad ha consensuado. Esto es lo que ocurre con los niños y niñas de la calle que vemos retratados en esta película. Se trata de una infancia obligada a quemar etapas, a vivir y asumir responsabilidades antes de tiempo. Pero es una infancia a la que se están violando sus derechos a una alimentación sana y equilibrada; a la educación; a una vivienda digna; a ser cuidados, amados y respetados. En el caso de las niñas la situación se vuelve aún más vulnerables, víctimas de posibles abusos y de la explotación sexual.
Colombia, y más concretamente la ciudad de Medellín, es un escenario perfecto para mostrar esta realidad. No es vano es uno de los países de mayor desigualdad social y violencia de América Latina. En los años ochenta murieron en las calles de este país entorno a 50.000 niños y niñas. Son los "desechables", eliminados porque resultaban molestos. En una entrevista concedida desde la cárcel al periodista Juan Carlos Roque, Leidy Tabares afirmaba: "La gente no nos da importancia, la gente nos ve como los malos de la sociedad, como los que dañan, como la mancha negra en la leche. Mas, no piensan que esa mancha la pueden cambiar ¿por qué matan tantos niños en la calle? Porque toman alcohol, porque roban... Pero, no se detienen a preguntar ¿por qué lo hacen? Sino que se dedican a juzgarnos y a acabar con ellos en vez de darles las oportunidades de ser personas, de ser gente de bien, que lucha; porque entre ese mundo hay gente que quiere salir de ahí y que uno, dándoles la oportunidad, ellos demuestran muchas cosas que a lo mejor mucha gente desconoce. Porque son mendigos, porque la gente les da plata, ellos nunca van a salir de ser mendigos porque siempre la gente les va a dar plata en vez de darles la oportunidad de hacer algo. Le echo la culpa a eso, a la falta de oportunidades, a la falta de apoyo, de confianza, de seguridad de lo que pueden hacer."
Un denominador común en la situación de todos estos niños y niñas de la calle es la falta de reconocimiento. En una entrevista concedida por el director del largometraje, Víctor Gaviria, afirmaba al respecto: "Los niños, por ejemplo, que por primera vez iban a poder decir quiénes eran, algo que les hace mucha falta, pues son niños muy poco reconocidos en el mundo. No tienen ningún tipo de reconocimiento. Entonces la película era una forma de que ellos llegaran a ser unas personas íntegras, en el sentido de ser reconocidas."
El trato que la sociedad da a estos niños y niñas de calle es deshumanizante. Socialmente se construye una imagen de ellos entre la repulsión y el miedo, que genera distancia. Es por eso que algunas de las escenas más interesantes de la película son en las que podemos ver recreadas sus alucinaciones y sueños, porque nos acercan a su vida interior. El director de la película, Víctor Gaviria, convivió muy de cerca con los niños y niñas protagonistas de la película y pudo conocer de cerca estos sueños y alucinaciones. Al respecto cuenta en una entrevista: "Los niños y adolescentes sacoleros "sueñan", alucinan y tienen visiones de imágenes pacientemente construidas: ven a su mamá, que está tan lejos, aparecer de pronto para regañarlos e indicarles un camino que ellos odian sin saber la razón... A veces sueñan con la Virgen María, aparición dulcísima, que está suspendida sobre la calle, y les murmura, sin traicionar los labios, palabras de cariño saturadas de dulzura increíble... Luego la Virgen se transforma en la mamita, la abuelita que le ordena dejar la botella de sacol y volver al internado de las monjas... O sueñan que son más altos que los edificios, o sueñan que se hacen tan pequeños que ya nadie los ve ni los persigue... O viendo rostros cambiantes en las nubes del cielo, o con amigos queridos que conversan con ellos durante horas, amables y agradables, riéndose de la gracia absurda de las palabras... "
La vendedora de rosas cuenta la triste historia de unos niños y niñas abandonados y excluidos que tratan de sobrevivir. Y para ello crean su propia subcultura, con sus normas, sus códigos, sus censuras, sus miedos, sus esperanzas. La película nos ayuda a adentrarnos en el submundo de estos supervivientes.

martes, junio 06, 2006



CARANDIRU

Producción : HB Filmes, Sony Pictures Classics, Columbia TriStar, Globo Filmes y BR Petrobras, Héctor Babenco, Flávio R. Tambellini, Fabiano Gullane y Daniel Filho
Dirección : Héctor Babenco
Guión : Héctor Babenco, Fernando Bonassi y Víctor Navas, basado en el libro Estaçao Carandiru de Dráuzio Varella
Países : Brasil-Argentina
Año : 2003
Director de Fotografía : Walter Carvalho
Fotografía : Color
Música : André Ambujamra
Edición : Mauro Alice
Actores : Luiz Carlos Vasconcelos (médico), Milton Gonçalves (Seo chico), Ivan de Almeida (Ebony), Aílto Graça (Majestade), María Luisa Mendoça (Dalva), Aída Leiner (Rosirene), Rodrigo Santoro (Lady Di), Gero Camilo (Sem Chance), Lázaro Ramos (Ezequiel), Caio Blat (Deusdete), Wagner Moura (Zico), Julia Ianina (Francineide), Sabrina Greve (Catarina), Floriano Peixoto (Antonio Carlos), Ricardo Blat (Claudiomiro), Vanessa Gerbelli (Célia), Leona Cavalli (Dina), Milhem Cortaz (Dagger), Dionisio Neto (Lula), Antônio Grassi (Seu Pires), Enrique Díaz (Gilson), Robson Nuñes (Dadá), André Ceccato (Bristles)
Duración : 148 minutos
Distribución : Buenavista Columbia TriStar
Sinopsis :
Carandiru es una adaptación del libro Estaçao Carandiru de Dráuzio Varella. A través de los ojos de un doctor que trabaja durante doce años en una infame cárcel de São Paulo, se cuentan historias de crímenes, venganza, amor y amistad, culminando en la fatal masacre de 1992.
Festivales :
Festival Internacional de Cine, San Sebastián, España, 2003.
Festival de Cine de Helsinki, Finlandia, 2003.
Festival de Cine de Londres, 2003.
Muestra de Cine Brasileño, Sau Paulo, Brasil, 2003.
Festival Internacional de Cine de São Paulo, Brasil, 2003.
Festival de Gramado, Brasil 2003.
Festival Internacional de Cine de Toronto, Canadá, 2003.


Héctor Babenco
(Mar del Plata, Argentina, 1946)

Semblanza :
Aunque nacido en Mar del Plata, Argentina (1946), Héctor Babenco adoptó la nacionalidad brasileña en 1969 tras una estadía de cuatro años en Europa. Su primera incursión en el cine fue como extra en algunas cintas de Dino Risi y Mario Camus. En 1973 dirige su primera película, el documental El fabuloso Fittipaldi. Su consagración se produce con Pixote, los olvidados de Dios, acerca de los suburbios de São Paulo; el filme se convierte en un éxito mundial y recibe varios premios internacionales. Su adaptación de la novela de Manuel Puig El beso de la mujer araña, se hizo acreedora a varias nominaciones al Óscar, ganando en la categoría de mejor actor. Tras recuperarse de un cáncer linfático gracias a un transplante de médula, regresa a Argentina para filmar Corazón iluminado, su proyecto más personal hasta la fecha, basado en sus propias memorias de la adolescencia.
Filmografía :
1973 O FABULOSO FITTIPALDI / EL FABULOSO FITTIPALDI (documental)
1975 O REI DA NOITE / EL REY DE LA NOCHE
1977 LÚCIO FLÁVIO, O PASSAGEIRO DA AGONIA / LUCIO FLAVIO, EL ESCUADRÓN DE LA MUERTE
1980 PIXOTE: A LEI DO MAIS FRACO / PIXOTE, LOS OLVIDADOS DE DIOS
1985 KISS OF THE SPIDER WOMAN / EL BESO DE LA MUJER ARAÑA
1987 IRONWEED / TALLO DE HIERRO
1991 AT PLAY IN THE FIELDS OF THE LORD / AL FINAL DEL PARAISO
1996 CORAZÓN ILUMINADO
2003 CARANDIRU

lunes, junio 05, 2006




Un efectivo retrato de grupo

Héctor Babenco, alejado por largo tiempo del cine mundial debido a una penosa enfermedad, hace un triunfal regreso con Carandiru, un relato de esperanza y sobrevivencia en una conocida y sobrepoblada prisión en el corazón de São Paulo, Brasil. El filme también marca el regreso a temas que Babenco ha explotado continuamente a través de su carrera como un director que aborda personajes provenientes de las clases más desposeídas y criminales de la altamente estratificada sociedad brasileña.El guión de Víctor Navas, Fernando Bonassi y Babenco está basado en las memorias de Dráuzio Varella: Estaçao Carandiru, en las cuales el médico recuerda su experiencia en esa penitenciaría, tratando a cientos de prisioneros y escuchando sus historias. Tal material se encamina naturalmente hacia un filme de episodios. Lo que Babenco logra con esta estructura es hacer un efectivo retrato de una población apartada de la sociedad, con su propia estricta adherencia a reglas de conducta, debidas a la mutua necesidad de todos por sobrevivir.
Carandiru no es como una prisión estadounidense, donde los desacuerdos van de la mano de líneas raciales y de pandillas. Aquí, la raza no es un factor. La coexistencia es puesta a prueba a través de una jerarquía de autoridad, donde los prisioneros adquieren mayor respeto basado en juicios sobre violaciones del código de conducta.
El doctor arriba el día de un pleito entre Dagger, un frío asesino, y un joven hablador, Lula. Ebony, un envejecido “juez”, aplaca la disputa de una exitosa aunque inesperada manera. Varella ha venido a establecer un programa de prevención para detener el SIDA, el nuevo azote que ha reemplazado a la tuberculosis y otras enfermedades. Extrañamente atraído hacia el mundo que descubre y poseyendo una gran compasión, se queda para tratar a los presidiarios a pesar de una falta total de recursos.
Los prisioneros se abren ante él, contando historias que resultan en flashbacks que detallan los porqués y las razones de su presencia en prisión. Es un recurso semejante a los números de canciones y bailes insertados en un musical, pero las historias nos ayudan a entender las dinámicas de la vida en prisión. Así, Majestade, un traficante de drogas, debe sortear las demandas de dos esposas y los hijos de ambas. La larga amistad de Zico y Deusdete está resquebrajándose por la manía de Zico por las drogas. El diminuto Sem Chance está apasionadamente enamorado de un llamativo travesti llamado Lady Di. Ezequiel continúa sin poder pagar una deuda. Dagger recibe un golpe emocional de una abrumadora culpa, y los ladrones de autos blindados Antonio Carlos y Claudiomiro arreglan sus diferencias, iniciadas antes del encarcelamiento.
La película culmina en la masacre ocurrida en Carandiru en 1992, en la cual la policía de motines entró a la prisión tras una rebelión matando a 111 reclusos. Para entonces, conocemos, y en algunos casos respetamos, a estos hombres, por lo que sus asesinatos a sangre fría calan hondo. Para entonces, Babenco también ha creado un retrato de grupo en el cual cada personaje representa un aspecto de una personalidad grupal. Como los hilos son tejidos juntos, lo que emerge es esencialmente una sola historia.
El doctor es nuestro punto de entrada, pero sabemos muy poco de él personalmente. Él, como Babenco, no se forma un juicio de estos prisioneros. Ni siquiera hace un comentario. Ni él ni Babenco hacen ninguna plegaria por la victimización de estos criminales. Babenco no se retrae al retratar sus vicios. La película observa y dramatiza; sin embargo, no busca una postura social moral.
La fotografía de Walter Carvalho y la dirección de arte de Clovis Bueno capturan el caótico, atiborrado y extraño sentimiento íntimo de una prisión convertida en un pequeño pueblo. La música de André Abujamra, contenida al mínimo y aderezada con la percusión brasileña, no es usada nunca para puntualizar eventos, sino simplemente para dejar que el drama fluya suavemente, y el vestuario diseñado por Cris Camargo es escandalosamente colorido.
por Kirk Honeycutt www.hollywoodreporter.com